Era imposible creer que estuviera flirteando con el Barça. Lo deseable, argumentan, es que se queden, que ofrezcan empleos y salarios dignos, y que presionen al Gobierno para que las leyes locales se cumplan. Sin embargo, las ONG que trabajan sobre el terreno en el país asiático no creen que la salida de las empresas occidentales (o el boicot a los productos elaborados en estas fabricas) sea la mejor opción.